Por fin trajo el verde mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.
Al verlo venir se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas lazos de rabia,
y relinchan impacientes
por salir de serenata.
Así comienza el poema de Miguel Hernández “romancillo de Mayo” y así podemos disfrutar este mes una primavera desatada con campos y ciudades en flor, los pájaros en plena cría y los insectos ávidos de recolectar el néctar de las flores.
Como no podía ser menos, me he apuntado a contemplar este espectáculo y he captado con mi cámara esta abeja (casi diría que es un abejorro) en un manzano chino.
Me parece una foto chulísima, fijaros en las alas de la abeja.