Cuando hablamos de La Mancha inevitablemente nos viene la imagen de los molinos y de Don Quijote. Yo para continuar con el tópico, voy a hablar de los molinos de viento de Mota del Cuervo.
A mi me sorprendió gratamente lo bien conservados que están. El paisaje, ya que están en un cerro desde el cual se puede ver la llanura manchega, por algo se le llama «el balcón de la Mancha».
Luego si añadimos la puesta de sol, junto con las nubes de tormenta que amenazaban en el horizonte…
Todos los ingredientes necesarios para poder deleitarte con este bonito pueblo conquense.
Historia de los Molinos de Viento de Mota del Cuervo
Todos los molinos son de propiedad municipal y levantados sobre sus propios cimientos en las décadas de los sesenta y setenta, a excepción de “El Zurdo”, comprado por D. Ramón Serrano Súñer, en 1941. Los molinos constan de tres plantas, siendo la superior en la que se situaban los ventanillos a través de los cuales entra el viento que mueve la maquinaria, la cual hace volar las aspas para girar la enorme rueda catalina y así, mover la piedra que muele el trigo.
Yo aconsejo visitar primero el molino en el que esta la oficina de informacion. Ahi puedes visitar el molino por dentro, vale la pena.
La primera referencia documental que tenemos de su existencia data hacia 1550, gracias a un manuscrito que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, donde se relata el pleito que mantuvo Cristóbal López, posiblemente el primer molinero de Mota del Cuervo, con el concejo por las diferencias que se establecieron en el precio de la maquila. A lo largo de la historia, podemos sacar más menciones y citas, por ejemplo en el Catastro de la Ensenada (1752) o en la Desamortización de Pascual Madoz, a mediados del siglo XIX. Ya en el siglo XX, con la llegada de la energía eléctrica, los molinos caen en desuso siendo, poco a poco, abandonados por sus dueños.
En el año 1955 se fundó la Asociación de Amigos de los Molinos con el fin de protegerlos y reconstruirlos sobre los cimientos originales. Años más tarde, y gracias al Patronato Local de los Molinos y el Monumento a Don Quijote (creado en 1969), dependiente del ayuntamiento, se conciben los molinos como ejes del interés cultural en el pueblo, por lo que se piensa en dedicar cada uno de ellos a una nación europea y darles el nombre de sus más célebres literatos. Tras años sin actividad, sufrieron varios desperfectos hasta que en la década de los noventa comenzó de nuevo su impulso y se han ido reformando durante el transcurso de los años hasta nuestros días.
Son siete los molinos situados en “El Balcón de la Mancha”: El Zurdo, El Cervantes, El Piqueras, El Gigante, El Goethe, El Irak y el Franz Grillparzer.