Cuando se hace una ruta por Euskadi, suele ser cita ineludible el museo Guggenheim de Bilbao o el Artium de Vitoria.
Quizás en Vitoria sea mucho menos conocido el museo de bellas artes. En él se encuentran obras de artistas vascos principalmente del siglo XIX y XX.
Yo pienso que es una visita que vale la pena no solo por las obras de arte, también por el recinto que lo alberga.
La foto que hoy nos ocupa se titula Rezo del ángelus en el campo y es un cuadro que desde niño me ha llamado la atención.
A continuación os cuento un poco de su historia.
Ignacio Díaz Olano pintó esta obra en 1899 y la presentó en la Exposición Nacional, en Madrid, con el título de Mediodía. La obra representa un excepcional homenaje al trabajo en el campo, sin olvidar la costumbre religiosa que paralizaba las labores a las 12 del mediodía para rezar. Fueron numerosos los bocetos preparatorios que realizó Ignacio Díaz Olano en Estarrona, pequeña localidad cercana a Vitoria, durante los periodos estivales, utilizando como modelos a las gentes del lugar y respetando la sencillez de los personajes y su ubicación en el paisaje elegido. La escena nos relata la labor de los agricultores y la importancia de la familia en el reparto de las tareas; nos podemos fijar en la pequeña figura femenina que se acerca a los personajes principales, se aproxima con el almuerzo y ayudará en las labores para después regresar todos juntos una vez finalizadas las mismas. Se observa un interés especial en representar la luz solar del mediodía. Apreciamos su incidencia en la pareja de bueyes y en el propio campesino, cuyas sombras son proyectadas en la tierra recién arada. La luminosidad de la obra nos transfiere información precisa del momento representado, las doce del mediodía y también de la estación del año sugerida a través del paisaje, con predominio de ocres y colores amarillentos, que nos indica que se trata del final del verano.
El pintor busca representar escenas cotidianas en un ambiente rural, con personajes reales realizando las actividades habituales y al traspasarlas al lienzo, consigue que estas sean dignificadas. De este modo, Ignacio Díaz Olano nos transmite una historia en forma de diario pintado.
La obra ha tenido otros títulos como «Mediodía», «La yunta» o «Las doce».