Plaza de España o Plaza Nueva. Es una gran plaza porticada concebida por el arquitecto Justo Antonio de Olaguibel en 1781 y concebida para unir el casco antiguo con el nuevo Ensanche (entonces en construcción), y para dotar a la ciudad de un espacio para celebrar festejos, corridas de toros y mercados populares. Uno de los elementos más importantes del conjunto es la Casa Consistorial, de decoración neoclásica. Se bautizó como Plaza Nueva en contraposición a la contigua Plaza de la Virgen Blanca antes denominada Plaza Vieja.
Olaguíbel trazó (1781) una plaza cuadrada y absolutamente cerrada de 220 pies de lado, dimensiones necesarias para la celebración de las corridas de toros. Organizó sus fachadas con total uniformidad, disponiendo soportales bajos para el comercio, abiertos con arcos de medio punto a los que se superpone un orden de pilastras dóricas, y, encima, dos plantas habitables con huecos rectangulares y balcones de hierro. El frente norte, ocupado por la Casa Consistorial, se destacó de forma especial por el tratamiento del lienzo central, en el que los arcos del cuerpo bajo se sustituyeron por un sistema adintelado de pilares precedido por un pórtico de columnas toscanas exentas, que mantienen un sobrio entablamento con su arquitrabe, friso y cornisa, coronándose con frontón triangular. El espacio interior de la plaza presenta el más puro espíritu academicista por la utilización de un riguroso lenguaje clásico, en un diseño de conjunto dominado por el orden, la uniformidad y la serenidad preconizada por sus maestros de la Academia.
Este es uno de los puntos de encuentro de la ciudad, donde puedes encontrar lugares donde tomar algo o comerte un pintxo, aunque el tiempo no acompañe, ya que al estar porticado, no te mojas.