
En el valle de Urkabustaiz, cerca del pueblo de Izarra se encuentra esta laguna. Está muy cerca y a la vez muy escondida.
A mí me habían hablado de ella, pero no había estado nunca. Al final este verano la he visitado y realmente me ha sorprendido.
El sitio es idílico si tienes la suerte de estar a solas disfrutando de los sonidos del silencio. También puedes tener la mala suerte que llegue una cuadrilla de padres e hijos asilvestrados hablado todos a la vez y a gritos. O también, pueden también llegar al colmo de la mala educación cuando te ven con la cámara y el trípode montado sacando a las ranas de la laguna y se ponen delante a tirar palos y piedras al agua.
Si esperas un rato a que se vayan, puedes volver a disfrutar de la paz del lugar y del croar de las ranas.